Porque cada vuelta cuente…
Hace unos días me llegó esta frase:
“El amor no hace que el mundo gire, pero hace que la vuelta valga la pena”
Y sí que vale la pena… la pena, los disgustos, las lágrimas pero sobre todo las risas, los momentos destacados con una estrella, las alegrías y ese sentimiento que nos expande, que nos dice que vamos bien, que es por ahí. Todo eso, lo bueno lo malo, lo lindo lo feo, lo que nos achata, lo que nos expande, lo que nos da brillo y lo que nos vuelve opacos, lo que nos hace saber que somos gigantes todopoderosos, inmensos, infinitos, y a la vez, como por costumbre, nos sentimos pequeños, indefensos, finitos (no de magros…o sea gorditos pero con fin).
El amor vale cada vuelta, una sonrisa reflejándose en la tuya, vale cada vuelta; un abrazo largo, el viento el la cara, respirar…
Son muchísimas las cosas que valen cada vuelta…
Valen
cada
vuelta …
Y es de mis respuestas frecuentes, esas que repetís en diferentes círculos y en algunos cuadrados: “Aunque no lo podamos ver todo el tiempo, siempre es el amor el que nos sostiene, de una forma u otra”.
“El amor no hace que el mundo gire, pero hace que la vuelta valga la pena”.
Yo la reformularía:
El amor hace que el mundo gire, y que la vuelta se recontra disfrute 😉

