Vida Maestra
Amor, miedo y geometría…
Y pasamos por la vida, y a la vez la vida nos pasa, nos atraviesa nos quiere enseñar y somos tercos repetidores de procesos mal armados y aburridas rutinas, somos amantes de vivir en modo automático, autoconvencidos y programados para perpetuarnos como especie (esa que nace con un «pan abajo del brazo» y un «palo para la rueda de la vida») repitiendo los mismos errores de otras generaciones y lo peor, los mismos errores en nuestra propia existencia.
Pero ella insiste, es buena maestra, nos mira, sonríe y no afloja, nos tiene fé, cree que podemos, conoce nuestras debilidades y fortalezas, nos motiva, nos espera, nos tiene paciencia… y crea millones de planes secuenciados, redefine objetivos, los acota y pone sutiles variables a ver si por ahí sí lo vemos, a ver si en una de esas… de una vez por todas entendemos algo de todo esto y nos liberamos de frenos, miedos y cargas. Y llega a sentirse agotada de los pocos resultados, así que sigue acotando contenidos, elige lo básico, los objetivos de salida de dos o tres palabras, las elige con cuidado y se centra en eso, a ver si aprendemos lo básico. Amor, miedo, geometría. Se queda con esas tres, y nos muestra las 5 mil formas de amar, la importancia del amor propio y del amor en las intenciones, y a la mitad se da cuanta que otra vez nos perdimos; pero respira, y piensa que mejor lo intenta mañana otra vez, desde otro ángulo, con otras palabras y más material concreto esta vez, y se apronta para sugerirnos por 238va vez que el miedo es nuestro palo en la rueda, que nos encanta ingeniárnosla para frenarnos, que somos capaces de hacer volteretas y contornearnos para fijarlo y cuando lo descubrimos ahí agazapado, lo disfrazamos de otra cosa y decimos que no es miedo, y puede que a veces no lo sea, que no sea miedo, que se pereza, pereza de salir de nuestra zona de confort (aunque ese confort sea muchas veces calificado con media estrella).
Somos cómodos amantes de rutinas (si bien hay rutinas que nos llenan de felicidad, nos empecinamos en apropiarnos de la otras) y nos encanta seguir repitiendo las mismas tediosas pruebas sin hacerle caso…
Pero ella nos toma la lección una, dos, mil, dos mil veces y nos pregunta sobre el amor y titubeamos, y respira… miedo y geometría. Nos falta tanto.
Y ya un poco cansada nos tira una máxima como deberes para que investiguemos y nos pide una monografía, el tema no es opcional, pero cada uno puede encararlo como quiera.
«El universo está hecho de geometría»… será nuestro título de investigación… y nos tira un par de líneas: Que los mandalas son formas sagradas y todo está formado por eso, desde la piel hasta los sentimientos y las emociones. Desde el cristal más pequeño de agua a lo más minúsculo de la naturaleza hasta las más grandes creaciones humanas, todo mis amores, nos dice sonriendo, es geometría. Y nos deja que investiguemos…
Y llega renovada al día siguiente, sonríe y vuelve a preguntar…
– A ver quién me dice algo sobre el amor…
Y son demasiados, que por miedo, se hunden en su silla,
hecha con geometría…

Escrito por Isela Cabrera
