Calcula tu porcentaje de drama y libertad y VIVE!

Dicen que cada cosa que nos sucede tiene un motivo final, las buenas y también las no nos resultan tan buenas. También que no hay nada bueno o malo, pero vemos con fastidio y miramos con recelo a esa piedras en nuestro camino, a veces tan grandes, que nos obligan a desviarnos al menos por un rato de esa ruta que algún día nos marcamos, esa ruta que de otra forma nunca nos hubiésemos atrevido a abandonar ni por un minuto.

Y no es cómodo a veces el empujón que nos obliga a abandonar nuestra zona de confort, que a veces es simplemente nuestra zona de control, el territorio conocido y dista mucho de lo que entendemos por confort… Pero de igual forma permanecemos ahí, de costumbre, por inercia, por rutina. Regodeándonos en la miseria de los días que nosotros mismos creamos.

Y es tan simple como sentarse a pensar para dónde ir…

Revisar si ese río me está llevando al mar de mis sueños… y si es ese realmente el lugar donde disfruto estar; o si tendré que derribar algunos diques, pasar por lugares desconocidos y tomar otro camino.

Sé que es posible elegir diferente; y sé que nos enseñan a esperar, aguantar, conformarnos, ser pacientes, calmados, esperar la jubilación y a veces esperar hasta morirnos para después sí, ser felices.

Ponemos mucha energía en cualquiera de los caminos elegidos, porque siempre son son intensos y propios.

Disfrutar la libertad o disfrutar del drama. Y no son dos opciones solamente. Son tantas combinaciones diferentes y grados diferentes de ambas como personas eligiendo existan.

¿Qué porcentaje vas a elegir?

Yo me quedo con un 92 de libertad, gozo, expansión y un 8 de drama, victimización y sufrimiento (después ordeno los porcentajes internos de cada uno).

La buena noticia es que los porcentajes que elijas, son modificables y actualizables cada 10 minutos (o cada 10 segundos ) o ante cada nueva situación (igual que con la garantía de un auto nuevo, tiempo de uso o kilómetros recorridos… lo que suceda primero).