Uno de los días que naciste

Alguna vez se te ocurrió preguntarle a tu mamá: ¿Cómo era el día cuando naciste?

Si no la tienes cerca, pregúntate a tí ¿cómo era ese día?

Y también hazlo si la tienes cerca. Pregúntate, porque tú estabas ahí, aunque cognitivamente no lo recuerdes.

¿Qué sabes de la elección de tu nombre? ¿Quién lo eligió? ¿De dónde proviene? ¿A quién representa? ¿Danza ese nombre con tu apellido? ¿Tu apellido, representa una gran familia o una familia pequeña? ¿Cuándo conocieron tu sexo? ¿Fuiste buscado o llegaste sin pedir permiso?.

¿Qué otras cosas sabía tu mamá, antes de que nacieras? ¿Qué expectativas ajenas te acunaron?¿Qué sueños y proyecciones se imprimieron en tu ser?

En Psicogenealogía esto refiere al “proyecto sentido” que tiene ese bebé que llega al mundo, esas expectativas que depositaron en él, en ti.

Observado desde la vereda de enfrente…

¿Cómo fueron tus primeros meses de bebe? ¿Qué primera impresión de esta existencia tuviste? Y cuáles sigues teniendo…

Cómo se adaptó ese Ser a ese cuerpo en crecimiento, a esa familia, a esa realidad.

Y energéticamente muéstrale a esa mamá, desde tu cuerpo de bebé, qué sientes sobre tu existencia y qué sientes sobre la existencia de ella.

¿Cómo se sienten en tu cuerpo y en tu alma sus brazos, sus ojos, su voz, su aroma, su calor? Y continúa percibiendo mientras creces.

Cuéntale qué admiras de ella y qué cosa nunca le habías perdonado, y hoy se lo perdonas.

Acércale eso que pensás, que sentís, eso que le agradecés, y volvé a tí.

Regresá a tu concepción.

Y ahora las historias tan dispares se unifican, TODOS fuimos un día cigotos, todos crecimos y un día abrimos los ojos, otro día comenzamos a escuchar sonidos, todos vimos algo por primera vez.

Mi hijo mayor cuando tenía dos años y medio me dio una de las respuestas que más amé en la vida. Le pregunté (porque había leído que hay una ventana de tiempo desde que el niño comienza a comunicarse hasta que lo olvida por completo, en la que puede accederse a recuerdos de la estancia por el vientre materno y a veces llegar a encarnaciones anteriores).

Le pregunté:

– ¿Te acordás cando estabas adentro de la panza de mamá?

– ti

– ¿y qué veías?

– Un lilo totote

Un hilo grandote… (el cordón umbilical… yo fascinada ante mi niño de 2 añitos y medio). Eso es magia, ese lazo primario que nos unió y a la vez nos separó a nosotros de un ser diferente es magia con forma de cordel. Un cordel que une y a la vez separa a ese ser que llega a este mundo.

Un Ser con un cuerpo propio

con una mente propia

con un alma propia

con una luz propia

con un destino propio

y con la posibilidad de elegir y crear un futuro maravilloso

Ese bebé somos todos, somos bebés en el manejo energético y somos a la vez enormes maestros de la energía, potentes y poderosos cuando nos lo permitimos.

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Acabas de tener un pequeño viaje energético, a tus raíces, a tu creación. Al milagro de la vida latiendo en ti.

¿Y si pudieras usar esa energía que mueves al viajar con la mente, a tu favor? ¿Lo elegirías?

Es posible adquirir herramientas pragmáticas, tips y ejercicios para el manejo de tu energía.

Es posible elegir prosperidad y abundancia en tu vida.

Abundancia no sólo económica, abundancia de claridad, de facilidad y de disfrute.

Y también abundancia de vínculos que nos reconforten con su energía.

Abundancia de días disfrutables.

Abundancia de creación y de expansión de tu Ser.

¿Lo eliges?