Y un día empezás a escuchar energías, a leerlas a entenderlas a sentirlas diferente. Reconocés los juicios de los demás, los discursos repetidos y escuchas energéticamente cada frase, cada incomodidad, cada intención (buena, mala o neutra) cada descarga interna del otro, con su grado de énfasis, y de convencimiento de su razón, con entonación, peso, carga, programas y más. (*)
Y es mágico y divertido, y querés salir a contarle al mundo que descubriste un espacio nuevo, que está buenísimo, que es de acceso universal y que simplemente eligiéndolo y ejercitándolo se alcanza. (Algo así como entrenar el músculo del manejo de energía).
Y cuánto más cerca estas de la potencia de tu Ser, más claridad con las situaciones, con las relaciones, con el flujo de dinero, más comunión con tu cuerpo, más expansión (externa, y también interna, infinita hacia fuera y también hacia adentro), más facilidad, más disfrute, más creación se muestran en tus días.
Es posible aprender a manejar la energía y obtener más facilidad y más felicidad en tu vida. Nos enseñaron a depender, a dudar de nosotros, a sentir miedo, a cubrir todo con juicios, buenos o malos, igual de limitantes. Nos inculcaron que la imitación es buena, que moverse lentamente sin hacer mucho ruido es lo correcto, que es mejor entreverarse en la normalidad, que mejor no sobresalir, que mejor no llamar la atención, y el que lo hace está equivocado. ¿Le preguntaste a tu cuerpo cómo quiere moverse hoy?
¿Qué tan fuerte quiere gritar, cantar, reír?
¿Tu ser interno te dice que vas bien?
O te está rogando que cambies de carril, que frenes, que te muevas, que te sacudas, que te arranques eso que ya no va con vos, que te estires, que te lances, que te animes, que te salgas.
¿Cómo debería ser tu vida para que la disfrutaras?
¿Cuán presente estás en la creación de tu vida? ¿Cuántas veces al día haces check out de tus asuntos para centrarte en la vida de alguien más?
¿Crees que es por casualidad que tu vida se ve como se ve, y que tiene todas las piezas que hoy la conforman?
Hay muchísimos caminos para acceder a una realidad diferente, todos son válidos si nos nutren y nos hacen sentir cada vez mejor. Elige hacia dónde, a qué ritmo y con quién transitarlo. El camino es visible y también es invisible, tiene movimiento y quietud, se camina hacia afuera y también hacia adentro.


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