– “Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”. Epitafio de Molière.
– “Si no viví más, fue porque no me dio tiempo”. Epitafio del Marqués de Sade.
Una vez una profesora nos pidió que redactásemos nuestro epitafio, no recuero que puse ya, porque no era el verdadero, me esforcé en inventar algo que diría dentro de muchos años, que sonara como epitafio y no en hacerlo verdaderamente presente.
Hoy sé lo que diría el mismo, lo que dirá seguramente si queda alguien que orqueste su creación, como en cada plan que elegimos de la vida.
LO ENTENDI TODO
Y a veces me asusto cuando entiendo 2 o 3 partes seguidas, en caída como gorda rodando por la escalera. Por suerte sé que me falta muchísimo, porque no tengo apuro de salirme, porque descubrí como disfrutar de esto. Aprendí a sacudirme lo que no es mío y devolverlo con gratitud a quien pertenezca o haya pertenecido, y me queda bastante aún para devolver. Abrazo a quienes se me adelantaron a entenderlo todo, les agradezco y los elijo para el equipo de quienes sostienen mi espalda.
Y así como quien no quiere la cosa (nunca supe bien de que cosa se trataba, porque podríamos quererla también), ya voy por el segundo epitafio… y posiblemente llegarán otros, a medida que siga quitándome capas y descubriéndome en la cebolla de mi vida.
EXISTE LA POSIBILIDAD DE QUE NUNCA LO ENTENDAMOS TODO
Igual que la de que sí lo hagamos.
Y entre el nunca y el siempre,
infinitas posibilidades.


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