¿Estaremos amaneciendo en ese día cualquiera?

(Escrito durante la pandemia, el título me lo pregunto hoy).

Un día cualquiera, dentro de pocas semanas o algunos meses; un día cualquiera de esos que aún no han sido creados, vamos a mirar para atrás. Vamos a sentarnos en calma, cuando se nos deje de mover el piso, y vamos a poder respirar más pausado. Y allá a lo lejos, nos vamos a ver a nosotros  luchando en manada,  juntos… pero manteniendo la distancia. Juntos… pero más aislados que nunca, cuidando a la gente más grande, tosiendo en el codo, siendo más responsables, planificando nuestras compras, minimizando el consumo, reutilizando las cosas, siendo más creativos, más solidarios, más empáticos, menos yoistas. 

Juntos, dando batalla contra un enemigo invisible, contra el egoísmo individualista, contra algunas malas costumbres, contra muchas creencias y actitudes que nos estaban destruyendo. Vamos a mirar para atrás y nos vamos a ver más chiquitos, más frágiles, con menos fuerza que ese día cualquiera…  porque habremos crecido, habremos cambiado, habremos superado algo… JUNTOS. Y ahí mismo “ese día cualquiera”, vamos a ver que sin darnos cuenta reordenamos todas nuestras estanterías interiores.
Acomodamos prioridades, alejamos cosas, desechamos otras, pusimos cerquita algunas que teníamos escondidas y ese mismo día, “un día cualquiera” vamos a ser diferentes.  Un poco más reales, un poco menos inventados. Un poco más auténticos y un poco menos contaminados. Un poco más cada uno y menos lo que creímos que teníamos que ser. Creencias que perdimos o afianzamos, relaciones, afectos, ocio, contacto, cercanía, cuidados, objetivos, economía, fronteras, trabajo, rendimiento, formas nuevas de producción, ocupaciones, vocaciones, profesiones que cobran sentido o dejan de tenerlo para siempre; todo se va a reorganizar, por el simple motivo que nos obligaron a frenar, a todos juntos.
Y vamos a ver que rompimos vínculos que nos estaban ahogando, o simplemente ya no resonaban con nuestra vida e iniciamos otros nuevos, retomamos afectos y perseguimos con más ganas esos sueños postergados. 

C

A

M

B

I

O

S

… Cada uno desde su lugar hacia ese nuevo que va a ocupar. 
Puntos de llegada tan diferentes… como lo eran los de partida. 

Un día cualquiera, vamos a mirar para atrás y nos vamos a sentir más fortalecidos que ese que fuimos, ese que hoy somos. No sabemos cuándo; porque la incertidumbre de este momento no puede ser saneada por la experiencia (ya no corre el dicho » Más sabe el diablo por viejo que por diablo» porque ningún contemporáneo vivió esto antes).  Apostar a la buena vibra, a los afectos, pensamientos que nos fortalezcan, fé, deseo, consciencia colectiva, avances de la ciencia, o lo que resuene con cada uno. 

CAMBIOS

Caminos que se abren y sendas que se vuelven a juntar para seguir el recorrido juntos. Así como dicen que la vida  pasa en imágenes cuando nos estamos yendo de este mundo, creo que también pasa en recuerdos cuando nos golpea una realidad hostil que no conocíamos. 

Y cuando llegue el día… ese día, un día cualquiera, miraremos hacia adelante y el mundo será otro. Otros hábitos, objetivos, formas de relacionarnos,otras fronteras…
Otro mundo en lo económico, social, político y sobre todo, otro mundo interior, otra forma de mirar hacia adentro y hacia afuera.
Y construiremos juntos una nueva ventana, y todo este polvo, escombro, ruido y caos formaría parte de esa “remodelación mundial”. 

Mii deseo: Que tu ventana nueva tenga vista a los más lindos paisajes.

Un beso grande

Isela

Deja un comentario